martes, 20 de abril de 2010

Pi, el orden del caos (Pi: Faith in Chaos, 1998) y la bolsa de valores

Maximillian Cohen: Restate my assumptions:

One: Mathematics is the language of nature.

Two: Everything around us can be represented and understood through numbers.

Three: If you graph the numbers of any system, patterns emerge. Therefore, there are patterns everywhere in nature.

Evidence: The cycling of disease epidemics; the wax and wane of caribou populations; sun spot cycles; the rise and fall of the Nile.
So, what about the stock market? The universe of numbers that represents the global economy.
Millions of hands at work, billions of minds.
A vast network, screaming with life.
An organism, a natural organism.

My hypothesis: Within the stock market, there is a pattern as well... Right in front of me... hiding behind the numbers. Always has been"

Maximillian Cohen: Replanteo mis supuestos:

Uno: las matemáticas son el lenguaje de la naturaleza.

Dos: todo a nuestro alrededor puede ser representado y entendido a través de números.

Tres: si se grafican los números de cualquier sistema, los patrone emergen. En consecuencia, hay patrones en cualquier parte de la naturaleza.

Evidencia: los ciclos de enfermedades epidémicas; el crecimiento y mengua de la población de caribús; los ciclos de las manchas solares; el crecimiento y decrecimiento del Río Nilo.

¿Qué sucede entonces con el Mercado de valores? El universo de los números que representan la economía global.

Millones de manos trabajando, billones de mentes.

Una vasta red, gritando vivamente.

Un organismo, un organismo natural.

Mi hipótesis: en el mercado de valores también hay un patron. Justo en frente mío… Escondido detrás de números. Siempre ha sido así.



La película Pi, el orden del caos (Pi: Faith in Chaos, Darren Aranofsky, 1998) narra la historia de un genio matemático, Maximillian Cohen (Sean gullete), paranoíco y asocial. Adicionalmente, Max sufre de constantes migrañas causadas, según él, por haberse atrevido a mirar el sol directamente cuando tenía seis años.

El argumento central de la película gira en torno a las hipótesis que Max propone al principio de la cinta. En primera instancia, afirma que las matemáticas son el lenguaje de la naturaleza. Su segunda hipótesis plantea que lo que nos rodea puede ser entendido y representado a partir de números y así, en su tercera hipótesis señala que estos números se van constituyendo en patrones que permiten el análisis y entendimiento del comportamiento de diferentes fenómenos naturales que nos rodean.

A partir de estas hipótesis Max plantea lo siguiente: si la bolsa de valores y su comportamiento puede asumirse como una red de interacciones entre organimos vivientes que hacen parte de la naturaleza, sería lógico pensar que de alguna manera este comportamiento puede ser representado numéricamente, y yendo más allá, podría encontrarse un patrón que explique y prediga su comportamiento. En ese contexto, la película gira en torno a la obsesión de Max por hallar dicho patrón sabiendo que de lograrlo, cambiaría el desarrollo de la bolsa de valores y por ende de la economía mundial.

La película plantea temas muy interesantes en relación al papel de las matemáticas en la vida cotidiana y su función como medio de comprensión de fenómenos y procesos de la naturaleza. Además, la película mezcla elementos de 'trhiller', suspenso e incluso algunas connotaciones religiosas. Para este 'post', el análisis de la película se enfocará en el estudio de la teoría del caos. La teoría del caos plantea

La teoría del caos analiza el comportamiento de sistemas dinámicos ( aquellos que presentan un cambio o evolución de su estado en un tiempo) y los comportamientos impredecibles que estos puedan tomar. En otras palabras trata de encontrar un patrón de comportamiento a fenómenos o procesos que a primera vista no tienen una estructura de comportamiento clara. Es por eso, que uno de sus principios sostiene que dentro del Caos existe Orden y también dentro del Orden existe Caos.


Un caso clásico es el clima. La precisión de las predicciones meteorológicas es relativa, y la capacidad de determinar su comportamiento es aún muy baja. Sin embargo, se han hecho algunos avances y se ha mejorado la posibilidad de predecir el clima, aunque en un muy corto plazo. Por ejemplo, hasta ahora no es posible determinar que clima hará con exactitud en Nueva York el 10 de diciembre de 2015. Este mismo caso se da con los terremotos y la imposibilidad de predecirlos con antelación suficiente para preparar a la población.

Es en este contexto que trabaja la teoría del caos. Tratando de hallar patrones o un orden donde aparentemente se encuentran sistemas caóticos. Precisamente, eso es lo que trata de encontrar también Max. Un orden en la manera como fluctúa la bolsa de valores. Un orden que le permita interpretar su funcionamiento y predecir su comportamiento.

En la actualidad, si bien se han desarrollado sofisticados modelos matemáticos que ayudan al análisis de la bolsa de valores y su comportamiento caótico, es muy lejana aún la posibilidad de encontrar un patrón que determine su comportamiento. De ser así, las ganancias para quien encuentre el orden de ese caos serían gigantescas.

Quizás la posibilidad de predecir el comportamiento de la bolsa se deba a que los organismos vivientes que interactúan entre si son seres humanos, y como lo señala Weinberger "el comportamiento social tiende a evitar la predictibilidad".

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